Historias del lento tío Juan

niñas

¿Se puede dar en adopción un niño que no es tuyo? ¿Existen servicios de mensajería urgente especializados en enviar sobrinos al extranjero, a cualquier hora? ¿Quién protege, quién alienta, quién reconforta a un tío, generoso y desprendido, a las 3,15 hrs. de la madrugada? ¿Cómo se produce el tránsito del amor incondicional al odio más profundo?

Dicen los sabios que nunca debemos tratar de resolver un problema por la noche. La oscuridad del cuarto y el silencio inaguantable de esas horas harán de caja de resonancia de las nimiedades diurnas. Entonces, ¿qué hacer cuando el problema no es uno, sino dos?

El día había sido maravilloso:  ausencia de los padres hace que los niños se centren en el ser querido más cercano (Nota para ensayo: capacidad de distinción por los infantes entre niveles de parentesco). Y siendo en este caso el tío, humildades para otros, el Tío Bueno, el resultado fue una memorable tarde de juegos. Mis sobrinas son perfectamente comestibles, créanme. Pero……ay amigos míos, con qué rapidez puede la tormenta voltear lo que empieza como un apacible día de invierno.

Es Diciembre, oscurece pronto y decidimos refugiarnos en casa, terminar el día entre risas, órdenes, cenas y besos. Y nos fuimos a dormir.

Me despertó un terrorífico grito. Un poderoso e inabarcable alarido que provenía del dormidero de las niñas. ¿Olvidé cerrar la ventana? ¿Se habrá introducido por las rejas un tiranosaurio rex? ¿Estarán los vecinos de matanza y no me han invitado? El berrido asesino me hizo levitar durante un segundo eterno sobre la cama sin darme impulso de otra forma que con el latigazo que el susto propinó a mi antes relajado cuerpo. ¡¡¡¡Señor qué ocurre!!!!!! Mientras corría hacia el cuarto distinguí tras el aullido el inconfundible tono de voz de Celia. Cuando abrí la puerta la escena me pareció dantesca. La niña propietaria del rugido estaba de pie sobre el colchón bramando mientras aporreaba la pared con la furia de un buldócer. Su hermana gemela, más acostumbrada que su tío a noches con movimiento como ésta, lloriqueaba sin fuerza a su lado, exhausta de la vida nocturna. Las sábanas hacían de alfombras y las almohadas coronaban el armario.

 

“¡¡Qué ocurre Celia, qué ocurre!!!! ¡¡Dime!!!” La niña seguía y seguía en sus trece mientras su tío elevaba el volumen “¡¡¡Calla, por todos tus santos, calla y cuéntame!!! ¡¡¡Resós, calla ya por Dios!!!” Asumo sin rencor las críticas del lector que, sabio y experimentado, se habrá dicho ya para sus adentros “qué mal este chico, así las estaba poniendo más nerviosas”; pues sí, mi sagaz amigo, sí, a esas horas de la madrugada de mi único día de descanso semanal no estaba yo cumpliendo el manual del correcto padre conductor familiar… Pero olvidan un pequeño detalle…¡¡¡Yo no era su padre!!!!!!! ¡¡Yo no conozco el procedimiento!! ¡¡Yo no estoy obligado a conocer el procedimiento!! ¡¡Yo soy su tío!!

Y dicho lo anterior, les aseguro que me encargaré de aprenderlo, me doctoraré en ello si hace falta no lo duden. Porque la noche fue inenarrable. No por las niñas, que tras 15 minutos de berrea cayeron sin avisar en el más profundo sueño. Sino por la taquicardia crónica que me ha quedado desde entonces. No pegué ojo. Con una sensación de descontrol total de una situación que me era nueva y un auténtico terror a que las fieras despertaran de nuevo, me sorprendió el amanecer recostado en el sofá del salón.

¿Es eso ser padre? ¿No pueden los padres actuar como tíos? ¿Deben los tíos actuar como padres? ¿Puede después de una experiencia así un tío llegar a ser padre?

Y ¿las niñas?, se preguntarán Vds. Pues nada. Aquí no ha pasado nada, tío mío juega conmigo un rato que te quiero mucho. ¿Remordimientos? No sean inocentes. Los niños no conocen la palabra culpabilidad, no tienen lealtad. Durante la noche esconden sus sentimientos bajo la cama y si Vd. es mi tío me perdonará pero no lo recuerdo. No se me enfaden si apoyándome en la metáfora les digo que son instrumentos del maligno, seres que te atraen con un amor indescriptible hasta desarmarte y cuando has bajado la guardia, cuando crees que la vida no puede estar tratándote mejor……llega la noche.

El tío Juan

Tío orgulloso de dos gemelas

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8 Comentarios a "Historias del lento tío Juan"

  1. Jorge F Tejada

    El Tío Juan se merece una estatua. Pero como no les dan cursillos a la gente antes de comprometerla en estos asuntos?

    • Hola Jorge,

      Tienes todo la razón! Te aseguro que el tío Juan se repuso y ahora no se asusta facilmente.

      Muchos besos!

  2. Por dios Tío Juan, no me he podido reír más con tu relato!!
    Te felicito de verdad.
    Y felicito a esas niñas por tener un tío tan bueno.

  3. Hola tío Juan,

    Estoy aterrada. En breve seré la tía Sonia. Necesito tus consejos ya!! Aún tengo tiempo de emigrar antes de que sea demasiado tarde. Antes de que Pixie y Dixie me miren con sus ojitos y ya este irremediablemente atrapada. Tu último post es de julio… Sigues ahí? No será que tú sí has huido del país???

    • Hola Sonia,

      Dinos todo lo que te asusta y el tío Juan seguro estará encantado de responderte a todas tus dudas y te podrá dar consejos como super tío a todo lo que necesites.

      Un fuerte abrazo!

  4. He llegado aquí por casualidad buscando una cosa sobre gemelos, y me he encontrado con esto. Me he reído muchísimo! Gracias por alegrarme el día.

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